10/29/2006

Para los que le gusta el teatro

Toda la escuela pudo disfrutar de la Flauta mágica, versión de teatro para títeres de la famosa opera de Mozart.Nos gustó muchisímo y para que no dejes de verla te doy un anticipo.
Durante una tormenta en el bosque, un sabio anciano talla una flauta de madera de un roble milenario, su hechizo es arrasador. Podrá cambiar los sentimientos y pasiones, tendrá el poder de sembrar alegría entre los hombres y las bestias. Tres hadas se la entregan a Tamino, el joven príncipe, para que lo proteja en su viaje al mundo de la oscuridad. Sólo superando peligrosísimas pruebas y si los Dioses lo acompañan podrá encontrarse con el amor de Pamina, la joven princesa, y el mundo de los sabios.


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Ricardo Gutierrez




Nació en Arrecifes (Buenos Aires) el 10 de noviembre de 1838.Murió en Buenos Aires el 23 de setiembre de 1896.
"Había en él mucho de genial y a ello debió su enorme prestigio, único e indiscutido, entre sus compañeros y discípulos, médicos y poetas, y más que nada entre las madres. (...) Su dedicación a los niños enfermos le apartó del arte, aunque no del todo, porque había en él un infinito fondo de tristeza y ternura." Las palabras de José Antonio Argerich describen a Ricardo Gutiérrez, uno de los más eminentes médicos que tuvo nuestro país, iniciador, quizás, de la medicina psicosomática, y fundador del Hospital de Niños, que hoy lleva su nombre.
Gutiérrez pertenecía a una familia de intelectuales. Sus hermanos, José María, Eduardo y Carlos, como él, se dedicaron todos a la literatura y otras actividades artísticas. Siendo alumnos del gran educador Amadeo Jacques, quizás esta vocación por el arte les nació durante los estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
Ricardo estudió también abogacía en la Universidad de Buenos Aires, pero no culminó la carrera. La Medicina estaba en su camino, y siguió aquellos estudios, en tanto también era militar y guerrero: integró los ejércitos de Buenos Aires, bajo las órdenes de Mitre, y combatió en Cepeda y Pavón. En un momento, supo aunar sus conocimientos médicos (ya era entonces Doctor en Medicina) con sus labor militar: durante la guerra con el Paraguay, Gutiérrez fue médico en campaña, y prestó valiosos servicios a los ejércitos de la Triple Alianza. Después, durante las epidemias de cólera de 1867 y 1877, y la de fiebre amarilla de 1871, comandó los servicios sanitarios de las regiones de Las Conchas y San Fernando, unas de las más afectadas por los contagios y las muertes.
Paralelamente, no descuidó sus artes de poeta: en La Nación, el diario de Mitre, publicó distintas obras, como El Misionero o El poeta y el soldado, que lo mostraron como una de las mejores plumas de la literatura nacional.
En 1871, fue becado por el gobierno nacional para proseguir estudios de perfeccionamiento en Europa. Decidió entonces orientar su aprendizaje y labor a la clínica infantil. Su pasó por el Viejo Continente lo llenó de ideas, que plasmaría ni bien hubo regresado al país. La más importante: la creación del Hospital de Niños, institución que dirigió y donde prestó servicios gratuitos por más de 23 años. También allí pudo poner en marcha, por primera vez en la Argentina, la medicina psicosomática, que en el caso de los pequeños enfermos significaba un tratamiento que unía a la medicación con el juguete.
En 1879, aún cuando gran parte de su tiempo lo consumía el Hospital y sus decenas de pacientes, Ricardo Gutiérrez fundó con sus hermanos el diario La Patria Argentina, especialmente dedicado a la difusión cultural.
Falleció en 1896, cuando aún era el director y el alma del Hospital de Niños

Para meditar ...





Leer es como navegar en un océano de conocimiento...para no seguir navegando en el pantano de la ignorancia.
La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta.
La lectura es imaginación y la imaginación es lo mejor de las personas.
Aquel que lee tiene derecho a la palabra.
Yo soy lo que he leído.
Un buen libro es como un buen viaje, se empieza con inquietud y se termina con melancolía.
La lectura, simplemente es aumentar su poder ético, logrando aprendizaje


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